¿Cómo elegí la carrera universitaria que estudié?
En este artículo voy a hablarte de cómo fue que elegí la carrera universitaria que estudié, quiero compartirte mi experiencia porque considero que puede ayudarte a orientar mejor a tus hijos; ya que sé que muchos jóvenes se ven en la misma situación, diciéndose en algún momento de su vida escolar: «no sé qué estudiar».
Como te lo he comentado anteriormente el sistema educativo no está diseñado para darle a tu hijo una correcta orientación educativa, que le permita tomar un camino que le entusiasme, es ahí cuando nosotros como padres debemos estar presentes, ser un apoyo y respaldo siempre.
Decirles a nuestros hijos que estudien algo para que les valla bien en la vida no es suficiente para elegir un camino correcto; si tuviste la oportunidad de ir a la universidad, recuerda cómo fue que elegiste la carrera que estudiaste, quizá te viste orillado a tomar una decisión que no era la que más te gustaba; como padres conscientes debemos estar con nuestros hijos en sus decisiones mas importantes y elegir qué estudiar es una de ellas; no les cortemos las alas a nuestros hijos, mejor enseñemosles a volar 🙂
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El papel de la escuela en la orientación educativa
No sé cuál haya sido tu experiencia escolar en cuestión de orientación educativa, vocacional, laboral o afín; pero la mía fue inexistente. Recuerdo que cuando estaba en el último semestre de preparatoria me sentía realmente perdida y constantemente me decía no sé que estudiar; sabía que quería ir a la universidad y en realidad debo admitir que me sentía así porque yo ya había elegido lo que quería estudiar, pero la gente me hizo retractarme de dicha decisión.
Lo más cercano que tuve en la escuela hablando de orientación vocacional fue un examen que nos aplicaron en el último semestre; en donde más allá de ayudarme me confundió mas, ya que me salieron muchas posibles profesiones para estudiar y eso no me ayudó; me gustaban varias cosas, pero lo que más me gustaba, lo tuve que dejar de lado por el temor a lo que me dedicaría al egresar; por lo que el tiempo me alcanzó y yo no tenía una decisión tomada, así que mejor deje pasar un año para pensar y decidir.
En ese año me dedique a trabajar y en realidad no estaba pensando mucho en lo que estudiaría; mis padres no me preguntaban mucho acerca de eso, así que espere un tiempo.
Mis diferentes gustos profesionales
Después de un año sin estudiar, nuevamente se acercaba el tiempo para sacar ficha en las universidades y yo aún no sabía qué camino tomar. Sabía que ya no quería dejar pasar otro año, así que tuve que decidir.
Cuando era niña yo soñaba con ser profesora. Cuando estaba en preparatoria poco a poco mis intereses fueron cambiando la docencia me gustaba, pero solo a nivel preparatoria o universidad; pero también surgió en mí un gusto grande por las ciencias económico-administrativas tales como: administración, economía, contabilidad, mercadotecnia…
También me gustaba mucho pensaren la idea de estudiar psicología, pedagogía, psicopedagogía, literatura; de repente me llego el enamoramiento de una materia en especial “Filosofía”. Hasta el día de hoy no recuerdo ninguna otra materia que me haya gustado tanto en toda mi etapa de estudiante como me gustó Filosofía; me dedicaba a leer todos los libros que encontraba de filosofía, era la mejor de mi clase en esta materia; podía pasar largas horas platicando con mi profesor de filosofía sobre todas las corrientes filosóficas y los más grandes filósofos de la historia.
No había más que pensar mi decisión ya estaba tomada, yo quería estudiar la carrera de Filosofía.
¿Cómo elegí la carrera que estudie?
Y podrás decirme entonces ¿Tere, qué fue lo que paso? ¿Si ya habías tomado la decisión, por qué no elegiste Filosofía?
Pues bien, te cuento lo que sucedió. Yo estaba totalmente decidida lo que quería, y la verdad es que no se lo había comentado a nadie, ni siquiera a mis padres; ellos no me preguntaban mucho acerca de esto, quizá solo esperaban que yo les dijera a qué universidad iría y ya.
Cuando mis tías y personas conocidas empezaron a preguntarme lo que estudiaría, yo muy entusiasmada les respondía que filosofía, y veía sus caras de sorpresa y a la vez de desagrado al escuchar mi respuesta y lo primero que me respondían era ¿Y de qué vas a trabajar? yo me quedaba callada porque la verdad es que yo no había pensando en lo que trabajaría, yo solo pensaba en lo que me gustaba.
Al empezar a escuchar a muchas personas hacerme la misma pregunta comencé a dudar; sé que esas personas o al menos la mayoría hicieron los comentarios con buenas intenciones; pero a mí lejos de ayudarme me hicieron desequilibriarme. Así que tuve que replantearme la decisión de estudiar Filosofía hasta que finalmente la descarte.
De esa manera empezó nuevamente la búsqueda de lo que sería mi decisión final.
¿Por qué elegí estudiar Ingeniería Industrial?
Una de las tantas veces en las que me preguntaron lo que estudiaría, tuve una conversación con uno de mis primos que en aquel entonces estudiaba Ingeniería industrial. Le hable de mis gustos económicos administrativos; también de los humanísticos pero no ahonde mucho.
Él me dijo que prácticamente todas las materias administrativas que le había mencionado la veías en la carrera de ingeniería industrial, que por qué no estudiaba dicha carrera. Lo primero que me vino a la mente en aquel momento fue que yo nunca me había planteado estudiar ninguna ingeniería; sin embargo, no lo descarte.
Le pedí que me hablara más de lo que veía en la licenciatura, él ya estaba por egresar; me hablo lo más que pudo de ella y no me pareció una mala opción; sinceramente se alejaba demasiado de la Filosofía, pero era verdad que abarcaba otra parte que me gustaba mucho que eran todas las materias económico-administrativas.
Al ser para mí una licenciatura que no había contemplado me puse a investigar más sobre lo que trataba, me llamó mucho la atención, y me decidí por ella.
Ahora cuando mis conocidos me preguntaban lo que estudiaría y yo respondía que Ingeniería Industrial, todos me decían que era una gran opción, además de que en la ciudad en la que vivimos hay un gran campo laboral, por lo que lo aplaudían aún más. Así que no lo pensé más y me inscribí.
Mi camino en la Licenciatura
Hasta mi etapa de preparatoria, te puedo decir que siempre había sido una buena estudiante; pero todo cambió cuando entre a la universidad; materias como física y matemáticas se me empezaron a dificultar muchísimo, algo que antes no me había pasado.
El primer semestre, me fue fatal. Pues reprobé esas materias y eso me hizo sentir muy mal conmigo misma, porque la única materia que yo había reprobado antes, aunque parezca ridículo había sido educación física en la preparatoria y fue por faltas. Pero irme a finales, extraordinarios y repetir materias es algo que yo no había vivido y me sentía muy mal por eso.
Al terminar el primer semestre tuve que replantearme si seguir o no, decidí seguir pero como un reto personal, porque yo sabía que podía. Sin embargo iban a venir más materias que se me dificultarían mucho como programación y dibujo industrial (conocimientos que nunca requerí en mis empleos), esta última llevándomela hasta la última oportunidad de aprobar.
Debo admitir que contarte todo esto me da un poco de vergüenza, pero lo que quiero que rescates de mi experiencia, es la importancia de estar presentes con nuestros hijos; mis padres jamás se enteraron de todo esto; para ellos mi única responsabilidad era estudiar (y ojo… no los estoy juzgando, ellos me apoyaron económicamente y se los agradezco mucho, ellos hicieron lo mejor que pudieron) y yo tenía que resolver mi situación, quizá todo esto pasó porque mi sitio no era ahí.
Un reto personal
Toda esta situación de los primeros semestres me hacía sentir muy mal conmigo misma, me sentía fracasada y que no era yo. Yo que nunca había tenido problemas escolares, los estaba teniendo en una etapa que no imagine.
Me preguntaba yo ¿en dónde están todas las materias que pensé iba a tener? Hasta que más o menos en tercer semestre comenzaron a llegar las asignaturas que me gustaban y eso para mí fue un motivante; las malas calificaciones se fueron y empecé a sentirme entusiasmada con lo que estaba aprendiendo y obviamente mis calificaciones se fueron para arriba.
Al final logre egresar con un promedio aceptable (al final de cuentas esto es irrelevante en la vida laboral) gracias a que me esforcé y además los últimos semestres eran de materias que me gustaron mucho y esos buenos momentos hicieron que disfrutara mucho más la carrera y lo que viví en los primeros semestres quedó como una experiencia, terminando así con entusiasmo la carrera.
¿Al egresar qué camino debo tomar?
Si piensas que lo más difícil de todo este proceso es terminar la carrera, estás muy equivocada. La verdadera carrera profesional empieza cuando quieres incursionar al campo laboral; eso sí que es complicado y no tanto por conseguir empleo; si no que al no saber hacia a dónde vas es imposible tomar el camino correcto.
Todo esto es completamente normal, de pasar a ser un estudiante que hasta hace poco tiempo había tomado pocas decisiones, te ves como un adulto ya, pero sin bases para trazar un plan de vida y es que cómo lo harías cuando en tu vida de estudiante quizá una de las mayores decisiones que habías tomado hasta ahora era lo que ibas a estudiar.
Al no saber hacia a donde van, muchos jóvenes terminan eligiendo “lo que sea, lo que llegue” cuando no debería ser así. Para mí lo correcto sería que antes de egresar los jóvenes ya supieran lo que harán; sin embargo, la mayoría de las veces no sucede así y algunos padres piensan que al haber apoyado a sus hijos con los gastos en su vida de estudiante, ellos ya cumplieron y qué ahora lo que debe hacer su hijo es buscar un empleo, comprar una casa, quizá un auto y formar una familia; esperar su jubilación y listo ¿En verdad eso es lo que queremos para nuestros hijos? ¿eso es la vida?
Ojalá muchos más padres estuvieran con sus hijos en esos momentos de decisiones importantes; la mayoría de los jóvenes no saben que deben hacer después de salir de la universidad y por lo tanto terminan aceptando cualquier empleo. Si tomáramos buenas decisiones al egresar de la carrera habría menos insatisfacción e infelicidad laboral.
Una de las decisiones más importantes de la vida a la que no se le da la importancia debida
Elegir a lo que nos queremos dedicar es una de las decisiones más importantes que tomaremos en nuestra vida; desafortunadamente no se le da la importancia debida y termina tomándose a la ligera porque algunos padres y jóvenes piensan que con estudiar una carrera universitaria, les guste o no, aseguraran éxito, felicidad y abundancia en sus vidas.
La realidad es muy diferente a lo que imaginamos y el mundo laboral no es tan sencillo y menos si no sabes lo que quieres, hacia a dónde vas y tus gustos. De ahí radica a que seas feliz o infeliz en tu trabajo.
El tener un buen puesto y un buen sueldo, no son garantía de felicidad. Si no haces las cosas con amor, así ganes muy bien y puedas comprar muchas cosas, tu infelicidad será notoria, si no es en tu rostro; será en tu familia o quizá se manifieste en tu cuerpo.
Si esperamos que los profesores sean los que ayuden a nuestros hijos a encontrar y trazar sus caminos estamos realmente equivocadas, eso no sucederá y no tanto porque ellos no quieren, imagínate a una sola persona ayudando a 30 0 40 estudiantes a definir su rumbo, muy complicado; si quizá solo se dedicará a eso tal vez lo harían, pero los profesores enseñan cuestiones académicas, mas no orientación vocacional o algo parecido. Por eso lo ideal sería que los padres pudiéramos ayudar, acompañar, apoyar y estar ahí con ellos.
¿Cómo puedes acompañar o encaminar a tu hijo en su decisión profesional?
Algunas personas piensan que por no tener estudios académicos no pueden apoyar a sus hijos en su camino profesional, quiero que sepas que eso no es así, no tiene nada que ver el grado de estudios que tengas. Valen muchísimo más las ganas, el deseo de hacerlo; por ello es que quiero darte una serie de recomendaciones que pueden ayudarte para que acompañes a tu hijo en esta etapa:
- No lo critiques: trata no hacer comentarios desde el miedo, si no conoces de alguna profesión investiga junto a tu hijo.
- Confía en él: creer en nuestros hijos y en su capacidad les dará seguridad y sabrán que en cualquier momento podrán acudir a nosotros.
- Abre tu mente: debes ser consciente que las cosas han cambiado, que hoy en día existen profesiones que no conocemos; sin embargo, eso no significa que no sean válidas para que nuestros hijos las puedan ejercer, si somos capaces de ver con buenos ojos eso que incluso puede parecer complicado seguro que serás de gran inspiración.Y también recuerda que no existe un solo camino correcto, que lo que tu hijo decida hoy para dedicarse no tiene porque ser algo eterno, cuando él quiera puede cambiar.
- Interésate por sus gustos, deseos, sueños: conocer a nuestros hijos será fundamental en este proceso. Estar presentes, interesarnos por las actividades que le gustan, ser conscientes de sus habilidades, decirles que las cosas son posibles si en verdad se desean con el corazón.
- Rompe tus paradigmas: si piensas que un título universitario será suficiente para que tu hijo sea feliz, estas equivocada. Un título es solo un papel, quizá en algunas partes un requisito (cada vez menos) pero no asegura habilidades, actitudes y aptitudes. También ten en cuenta que no es suficiente que le pagues la universidad sino te preocupes en cómo le va, en cómo se siente.
Pero sobre todo dale amor, conecta con tu hijo, conócelo, crea un vínculo fuerte con él, no le cortes las alas, permítele volar y vuela con él.
Lo mejor que podemos dejarles como herencia a nuestros hijos, son las herramientas necesarias que requieren saber y tener para la vida.
Comentarios Finales
La intención de contarte mi historia es mostrarte la responsabilidad que tenemos como padres. En mi caso la decisión que tome fue buena, porque aunque no era lo que inicialmente quería, no estaba alejada de lo que también me gustaba; sin embargo, aun así no me fue muy bien al principio.
No a todos los jóvenes les pasa como a mí; muchos al no saber qué estudiar siguen a los amigos, la pareja, lo que este de moda, con lo que piensan que ganaran mucho dinero y al final eligen una carrera que no les gusta, minimizando las consecuencias. No se dan cuenta que si lo que estudian no les gusta terminaran siendo personas infelices. Además ¿por qué perder algo de lo más valioso que tenemos, nuestro tiempo?
Terminar una carrera lo pueden hacer muchos chicos; pero si no se dan cuenta o no analizan lo que viene después de eso, muy probablemente terminen dedicándose a otra cosa, conformándose con lo que llegue, serán improductivos y muy muy infelices y lo más triste de todo es que también pueden hacerle mal a los demás; imagínate que tu hijo elija ser profesor, médico, psicólogo, nutriologo y esto no lo haga con amor, preocupante ¿verdad? pero es la realidad que hoy en día se vive.
Sé que como madres podemos hacer mucho por nuestros hijos, lo que dará como resultado grandes personas, una mejor sociedad y una mayor satisfacción y felicidad laboral.
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Hola Tere
Creo que somos los padres que debemos observar mas sus dones, talentos y apoyarlos en sacarle jugo a eso y partir de ahí para que ellos se conozcan más, se sientan más seguros y creo que les ayudaría mucho decidir su futuro.
iHola Arge!
Gracias por tu comentario, estoy de acuerdo contigo, observarlos y en base a lo que vemos en ellos podemos proponer actividades, ideas… más nunca imponer. También debemos dejar o impulsar a que empiecen a tomar decisiones y que se conozcan, si empezamos a hacerlo desde una edad corta será mucho mejor y como comentas siempre apoyarlos para que se sientan seguros, eso es fundamental 🙂
iUn abrazo!