Educar en casa ¿Es ponerles todo fácil a los niños?

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Aunque la educación en casa ha ganado mayor visibilidad en los últimos años, aún enfrenta críticas, mitos y prejuicios sociales. Con frecuencia, me encuentro con padres que tienen ideas equivocadas, como la creencia de que educar en casa significa facilitarles todo a los niños.

Es común que las personas que desconocen los detalles de la educación en casa confundan este enfoque con una educación poco exigente, sin límites o permisiva, pero esto está lejos de ser cierto.

Por esta razón, en este artículo quiero desmitificar esta falsa creencia, ya que educar en casa no implica ponerles todo fácil a los niños

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¿Qué implica educar en casa?

Cuando optamos por la educación en casa, asumimos la completa responsabilidad de acompañar a nuestros hijos en su proceso de aprendizaje; sin importar, si elegimos utilizar una plataforma educativa, adoptar el flexischooling o cualquier otro método. Es crucial ser plenamente consciente de que estamos tomando en nuestras manos la educación de nuestros hijos.

¿Por qué se llega a confundir educar en casa con todo fácil?

A lo largo de todos estos años en los que he educado en casa y he acompañado a padres que desean hacerlo, me he dado cuenta de que la confusión entre educación en casa y facilidades constantes, surge de las creencias y paradigmas educativos limitantes que la mayoría de las personas tenemos. Al estar acostumbrados a la escolarización o vivir en un mundo donde lo «normal» es asistir a la escuela, resulta difícil pensar más allá de esos límites y reconocer que la educación puede trascender el ámbito escolar.

Al tener una mentalidad escolarizada, es fácil caer en juicios y prejuicios hacia la educación en casa y creer erróneamente que implica brindarles a los niños una educación sin límites. Para algunas personas resulta complicado concebir que se puede ofrecer un aprendizaje en un entorno distinto al de una escuela convencional.

En resumen, considerar que los niños educados en casa, tienen todo fácil es una creencia arraigada en una mentalidad escolarizada.

La realidad de los niños educados en casa

En este punto, no pretendo hacer una lista exhaustiva de todas las características que tienen los niños educados en casa, pero sí deseo compartir la realidad que he presenciado en mi hija durante estos años de educación sin la presencia de la escuela.

Antes que nada, quiero compartir contigo que cada día aprendo más junto a mi hija y que sus lecciones son realmente significativas. Ha experimentado un aprendizaje natural, sin sentirse presionada. Tanto la lectura como las matemáticas no han sido fuente de estrés ni para ella ni para mí. Esto se debe a que he respetado sus ritmos y he adoptado un enfoque lúdico en su proceso de aprendizaje.

Ahora que mi hija asiste a algunos talleres, puedo observar cómo su mentalidad no escolarizada le permite tener un aprendizaje significativo.

Puedo resumir su experiencia de la siguiente manera:

• No lo ve como una tarea/actividad forzada, un simple pasatiempo o una actividad extracurricular. Para ella, estos talleres son actividades importantes, a los que pone mucho corazón, compromiso y responsabilidad, lo cual ha dado lugar a excelentes resultados.
• Al no sentirse presionada, disfruta de las actividades, juega, socializa y aprende.
• No comprende por qué, en días festivos o vacaciones escolares, algunos niños no asisten a los talleres. Para ella, cada día de participación es como estar de vacaciones, no es un peso para ella, sino un gozo.
• Es ella misma, sin preocuparse por competir u obtener calificaciones más altas. Su objetivo principal es aprender a su propio ritmo.

Los resultados que ha logrado mi hija, tanto en casa como en sus actividades fuera de ella, no se deben a que todo sea fácil para ella, sino a que no se le han impuesto etiquetas, ni parámetros de medición innecesarios. No ha sido sometida a presiones indebidas ni se le ha forzado a obtener calificaciones. Desde mi perspectiva, esto ha sido clave para su aprendizaje significativo.

«Que el aprendizaje sea adaptado a las necesidades del niño, no implica que no se requiera esfuerzo, dedicación, compromiso o responsabilidad. Me atrevo a decir que estos elementos están aún más presentes que cuando los niños son obligados a asistir a la escuela.»

Cuidado con lo que creemos

No hay mejor manera de ilustrar la importancia de nuestras creencias limitantes en cuanto a la educación, que a través del experimento realizado por Robert Rosenthal. Su objetivo principal fue explorar cómo las expectativas de los maestros hacia sus estudiantes pueden influir en su rendimiento académico.

Rosenthal y su equipo administraron una prueba de inteligencia a todos los estudiantes de la escuela. Luego, seleccionaron al azar a algunos estudiantes y comunicaron a sus maestros que estos niños habían obtenido puntajes excepcionalmente altos en la prueba y se esperaba que tuvieran un gran avance académico durante el año escolar.

Sin embargo, los maestros no sabían que la información sobre los puntajes excepcionales de los estudiantes era falsa, ya que todos los estudiantes habían sido seleccionados al azar y sus puntajes reales eran promedio.

Al final del año escolar, los investigadores volvieron a administrar la misma prueba de inteligencia a todos los estudiantes. Los resultados revelaron que los estudiantes por los cuales los maestros tenían expectativas más altas mostraron un mayor incremento en sus puntajes en comparación con los demás estudiantes.

Este experimento demuestra cómo las expectativas positivas de los maestros pueden actuar como una profecía autocumplida. Las creencias y expectativas que los maestros tuvieron sobre los estudiantes influyeron en su desempeño y progreso académico. Los maestros brindaron más atención y apoyo a esos estudiantes, les dieron retroalimentación positiva y esperaron más de ellos, lo cual contribuyó a un mejor rendimiento.

Aquí radica la importancia de tener expectativas positivas y realistas sobre los niños para fomentar su éxito académico. Este experimento destaca cómo las creencias y expectativas de las personas en posiciones de autoridad, como los maestros, pueden moldear la forma en que tratan a los estudiantes y cómo estos se ven a sí mismos, lo que finalmente afecta su desempeño académico.

Cómo nuestras creencias y expectativas modelan el éxito educativo de nuestros hijos

Quise compartir contigo la historia de Rosenthal, porque es un ejemplo claro de cómo nuestras creencias impactan en los resultados. En este caso, los profesores creían que tenían a los mejores estudiantes, lo cual influyó en su trato hacia ellos y, como resultado, obtuvieron un desempeño sobresaliente al final del ciclo escolar.

No se les facilitó el camino a los alumnos; lo que marcó la diferencia fue la creencia de los maestros de que tenían a los mejores estudiantes. Les brindaron un aprendizaje respetuoso, se abrieron a brindarles el apoyo necesario y los trataron con cortesía. No hubo etiquetas, solo expectativas altas.

Créeme, si te abres a acompañar a tus hijos en su aprendizaje, de manera respetuosa, les abrirás las puertas al aprendizaje significativo.

Educar en casa, no implica hacerlo todo fácil para los niños, sino acompañarlos de manera respetuosa y ofrecerles un aprendizaje adaptado a sus necesidades. Esto no significa que no requiera esfuerzo, sino que se basa en el respeto mutuo. Sin embargo, incluso si decides escolarizar a tus hijos, puedes comenzar a implementar cambios en su educación desde hoy mismo.

Tener claridad y razones fuertes te marcaran el camino correcto

Para mí, es de suma importancia tener una clara visión de hacia dónde nos dirigimos con la educación en casa y sentir un ardiente deseo de hacerlo. Necesitamos razones sólidas que nos guíen en esta maravillosa experiencia de vida.

No debemos permitir que creencias limitantes nos detengan. Es hora de romper el paradigma de que estudiar y aprender no pueden ser disfrutables, y de que debemos permanecer sentados, inmóviles y simplemente escuchando.

En nuestro hogar, podemos fomentar un enfoque de aprendizaje más efectivo al permitir que nuestros hijos se muevan y disfruten mientras estudian. Ya sea a través de pausas activas, breves ejercicios o incluso utilizando métodos de aprendizaje kinestésico, ¡el movimiento puede marcar una gran diferencia!

Abramos las puertas a nuevas formas de educar, donde el movimiento, la atención y el disfrute puedan coexistir en armonía. Recuerda, cuando el cuerpo se mueve, la mente se activa y el aprendizaje florece.

Y debemos recordar que el hecho de que nuestros hijos disfruten, no significa que no se esforzarán. Educar en casa, no implica hacerles todo fácil. Más bien, se trata de mostrarles un nuevo panorama, en el que descubran que el aprendizaje puede ser divertido y altamente efectivo.

¿Te unes a la nueva era de la educación y el aprendizaje efectivo?

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